En la abadía, la vida reemprende su ritmo: el agua salta en las cascadas, y el viento gime entre las ramas de los pinos... El Hermano Teódulo sale por las tardes al campo, en busca de flores y plantas aromáticas con que adornar la tumba del Arzobispo, que venera ya como un santo.
Cuando volvió a renacer la calma en España, el cuerpo del arzobispo fue trasladado a Vich, donde fundó su Congregación de Misioneros. El acontecimiento adquirió categoría de apoteosis. Gentes de toda la región acudieron en masa a venerar las reliquias del santo apóstol que les había enseñado el camino del cielo.
El 25 de febrero de 1934 la Iglesia lo inscribe en el número de los BEATOS. El humilde Misionero, aparece a la veneración del mundo entero en la "Gloria de Bernini"... Las campanas de la Basílica de San Pedro pregonan su gloria. En esa misma Basílica donde el defendió tan ardientemente la Infabilidad Pontificia, se postra ahora ante él, el Vicario de Cristo.
El 7 de mayo de 1950, el Papa Pío XII, le proclama SANTO. En 1962 Juan XXIII inscribe su Fiesta en el calendario de la Iglesia universal, el día 24 de Octubre. En la basílica que lleva su nombre, en Vich, su sepulcro glorioso es meta y centro de constantes peregrinaciones.
Fieles a la consigna de su FUNDADOR y PADRE, los Misioneros Claretianos despliegan su celo en múltiples actividades apostólicas: Misiones, Colegios, Parroquias, Prensa, Propaganda.... "Para salvar las almas, válganse de todos los medios..." Y de todos los medios se vale el INSTITUTO para dilatar el Reino de Cristo en las cinco partes del mundo.
Por su parte, sus Hijas, las MISIONERAS CLARETIANAS, llenan también el mundo con su apostolado eficaz, siguiendo las huellas luminosas de San Antonio María Claret. Con su bendición y espíritu universal multiplican su actividad misionera en los cinco continentes.
Ahora, ya conocés algo de la Vida de San Antonio María Claret. Él, con su ejemplo, te invita a ser apóstol y a dar testimonio de Cristo con tus obras. Que él sea su modelo, sobre todo, en el amor a la Santísima Virgen y a la Eucaristía.